jueves, 11 de septiembre de 2014

Si Somos Lo Que Comemos, ¿Por Qué No Ser Felices?

Desde que ingresé el primer día a mi curso de "Introducción a las Ciencias de la Nutrición", la maestra titular nos ha manejado la frase "Alimentarse y nutrirse no es lo mismo". Y tiene toda la razón; ¿Alguna vez comiste vasto, variado e incluso pasaste tiempo preparando y pensando en los alimentos que ibas a ingerir, y sin embargo después de comer te sentiste pesado, sin ánimos o incluso asqueado?



Esto es por que realmente solo estas alimentando tu cuerpo, no lo estás nutriendo.
Según la revista VOGUE, existe una relación directa de lo que comemos con nuestro estado de animo:

"La dieta de la felicidad existe. Aunque para muchos los conceptos 'dieta' y 'felicidad' no puedan ser más opuestos, los nutricionistas piensan lo contrario. Y tienen razón. Hay una relación directa entre los alimentos que ingerimos y nuestro estado de ánimo. “Una alimentación desequilibrada puede producir carencias específicas de vitaminas o minerales que se manifiestan mediante síntomas o sensaciones como apatía, desgana, irritabilidad, nerviosismo, cansancio, falta de atención, fallos de memoria, de concentración e incluso depresión”, afirma la Doctora Rosso, de la Clínica Corporal M+C.".

Lo cierto es que, a todos nos encanta comer ¿cierto? Sin embargo, nos han hecho creer durante toda nuestra vida que si comemos lo que queremos o lo que nos gusta, vamos a estar gordos, nos vamos a enfermar, nos va a dar azúcar, etc. 
En nuestro planeta, respecto al asunto de la alimentación, siempre hay para la mayoría de las personas solo dos caminos: deficiencia o exceso. Esto es cierto aunque no lo admitamos:
Toda la vida,  las personas que tuvimos la suerte de tener a nuestras abuelitas, nos bombardean constantemente con las frases "¿Ya comiste?", "¿Eso es todo lo que vas a comer?", "Come más", "¿Quieres que te prepare algo más?"... Esto después de que ya nos sirvieron cucharones de comida.
Hay personas que por el contrario, sufren de sobrepeso, y sus familiares los llaman "gordo", "¿Enserio vas a comer más?", "No, tu no vas a comer postre", etc...


Tenemos que aceptarlo: cualquier asunto relacionado con la comida, es delicado lo queramos o no.
Muy poco porcentaje de la población mexicana está cien por ciento satisfecho con su alimentación, y casi nadie se siente bien con ella.
Cada que se oye la palabra "Dieta" pensamos que no podría estar más alejada del concepto de "felicidad", pero la realidad es que esto es un tabú que se ha transmitido de generación en generación.


ENDORFINAS :D
Las endorfinas son las mejores amigas del buen estado de ánimo.
Las endorfinas son unas sustancias (Péptidos opioides endógenos) que produce nuestro cuerpo, de forma natural, para conseguir atenuar el dolor y/o producir una sensación de bienestar. Es por eso que las endorfinas son conocidas también como hormonas de la felicidad.

¿Cómo podemos fabricarlas en mayor cantidad?

Cuando hacemos actividades, que el cuerpo identifica como placenteras, se produce un aumento de la producción de endorfinas.
  • Ejercicio físico moderado.
  • La risa es, sin duda, uno de los factores que más incrementa nuestros niveles de endorfinas.
  • El contacto con la naturaleza ya que siempre nos hace sentir mejor.
  • Disfrutar con las comidas y sus sensaciones (olores, sabores, etc.), la compañía, etc.

¿Hay endorfinas a través de los alimentos?

Sí.
· El plátano: esta fruta contiene muchos nutrientes y fibras. Además, es rica en vitaminas, minerales y oligoelementos y proporciona al organismo un rápido aporte de energía. No está de más decir que aporta elevada cantidad de triptófano.

· Chocolate: te comer diariamente pequeñas dosis de chocolate reduce las hormonas del estrés debido a los antioxidantes que posee, por eso, también nos hace sentir felicidad.


· Pescados y algas: integra las algas a tu dieta, pues tienen elevada cantidad de minerales, hierro, magnesio y vitaminas del complejo B. Tampoco dejes fuera el pescado, uno de los alimentos más ricos en vitamina B6 y en triptófano, especialmente el atún y el salmón.


· Carne: lo ideal es comerla tres veces a la semana. Una de las más recomendada es la de lomo de cerdo, pues tiene 10 veces más vitamina B1 que las otras carnes y la grasa se le desprende fácilmente. Cómela al horno o a la plancha.

· Legumbres: el ácido fólico de las hojas verdes y legumbres afecta los neurotransmisores que influyen de manera positiva en nuestro estado de ánimo.
· Pastas y cereales: alimentos ricos en hidratos, tales como harinas y derivados, cereales, arroz, pan, reducen la ansiedad y el riesgo de sufrir depresión. ¿Por qué? porque los hidratos de carbono aumentan la producción de serotonina.

· La piña: rica en minerales y vitaminas. También contiene compuestos activos que estimulan la producción de serotonina, generando vitalidad. Al mismo tiempo, otros de sus componentes calman la ansiedad y alivian la agitación nerviosa. Si la comes de noche crea el efecto de una pastilla natural, ya que el cerebro convierte el triptófano en melatonina, la hormona del sueño.
· El chile: “El gran efecto del pimiento” se conoce en biología al proceso en que el cerebro percibe el calor picante del chile como si fuera dolor y para contrarrestarlo responde liberando endorfinas que potencian las sensaciones de bienestar.

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